El dilema: apoyar mi gobierno o «acomodar el cuerpo» en mi propia Fuerza

OPINIÓN – Pasó, pasa y seguirá pasando. En el Partido Nacional, Colorado, FA y pasa en todos lados; a veces contravenir la cabeza o desmarcarse del presidente me posiciona dentro de la interna. Para bien o para mal y puede resultar positivamente o a la inversa. Pero todos sacan la calculadora y especulan.

El lado bueno que debemos mirar es que, en estas crisis políticas, esta lucha de poderes -a ver si puedo rescatar un votito más-, lucha de «Egos», se caen muchas «caretas» y sabemos quién es quién o mucha gente que aún parece no saberlo; «se desayuna». Y vaya, por allí también se encuenta algún político leal honesto, como no.

Se acuerda Ud. entre 1990 y 1995. El vicepresidente blanco, Gonzalo Aguirre -diciembre de 1991- mandó carta, que tomó estado público, al presidente Luis Alberto Lacalle dónde exigía remover el equipo económico. En aquella oportunidad Aguirre criticaba el fracaso en el control de la inflación, advirtiendo como afectaba la imagen de todo el gobierno y era muy crítico sosteniendo que no existía diálogo del presidente con las fracciones o grupos del Partido Nacional. Una perla; un quiebre, no todo era o estaba tan bien como se pintaba y gente queriendo decir nosotros somos parte del gobierno pero al mejor estilo Ligüera «me desmarco».

También el Partido Colorado ha sufrido estos quiebres en sus gobiernos a través de figuras que han querido desmarcarse -gobiernos de Sanguinetti – Batlle- apoyando y posicionándose; cosas que a la larga si no hay «consenso de ideas» (unidad) se terminan pagando caras en el colectivo -pregúntele a algún colorado original- por más que alguien logre algún rédito personal -hay quienes lo buscan- sin dudas.

Ahora le llegó el turno al FA, con dirigentes «que apoyan» pero no apoyan, que digo que «si en la tele»; mientras es bien sabido y no por inventos periodísticos que hay una interna bastante complicada -aunque a muchos se le frunza el ceño- ante temas de pública notoriedad, nacionales e internacionales; donde una vez a los presidentes -en este caso Vázquez- elegido para que gobierne a todos los ciudadanos de nuestro país; se lo deja bastante solo; por no decir a la deriva con sus convicciones y condicionado sobre resoluciones y definiciones que son de orden general -colectivo- país y no inherentes a fuerzas politicas.

Pero, como remarcamos al principio, pasó, pasa y pasará, nos hablan del colectivo -«proyecto país», cuando en realidad priman «los egos», el puestito en el cual me puedo ubicar y la «chacrita que tengo que cuidar» y aún peor, a veces defendiendo cuestiones -y esto va para todos los colores- desde la bronca, el resentimiento, ideologías caducas y aún más… contando las historias cada uno con «su cristal»; sin la capacidad de sentarse a una mesa y dialogar en busca de salidas reales, palpables, verdaderas, práticas…no mi salida…una salida para todos.
Por: Dante Hernani