La británica Rachel Grow se suicidó al estar a punto de cumplir los 30 años, el límite que se había impuesto para tener un esposo e hijos, informó Daily Mail.
La mujer era administradora de hospital y tenía una posición económica desahogada. A la vista de todos, Rachel era una mujer normal, sin grandes inconvenientes.
Lo llamativo es que con su muerte dejó solo a su novio. En medio de un pozo depresivo le envió un mensaje de texto aterrador: “lo mejor en tu futuro”.
La ejecutiva estaba convencida que su pareja no iba a llegar a buen puerto y que él la dejaría pronto.
Según consignan medios internacionales, el novio de Rachel dijo que ella estaba deprimida porque sentía que la vida de sus hermanas era mejor que la suya, y pensaba que su madre (fallecida en 2011), hubiera deseado verla casada antes de los 30.