MUNDO – La alemana Angelique Kerber rompió todos los pronósticos al imponerse a la estadounidense Serena Williams en la final del Abierto de Australia por 6-4, 3-6 y 6-4 tras dos horas y cuarto de partido.
Tras un primer set en el que la jugadora alemana ‘sorprendió’ a la número 1 del mundo por su aplomo y seguridad en la pista, que se saldó con un 6-4 a su favor tras 39 minutos, surgió el genio y la potencia física de Williams para igualar la contienda en poco más de media hora y un 6-3 a su favor.
En la manga definitiva, Kerber sacó a relucir su mejor tenis y, sobre todo, se alejó de los errores tanto como pudo hasta que consiguió doblegar a la estadounidense.