¡Basta de mentiras y pajaritos!

Por Pedro Bordaberry

Estimado lector:

Le vuelvo a escribir en este verano que se puso caluroso.

Subió la temperatura casi, casi, hasta ponerse insoportable.

También ya resulta insoportable escuchar las explicaciones que da el Señor Mujica sobre todas las macanas que se mandó.

El pobre Presidente Vázquez no sabe dónde explotará la próxima bomba que heredó.

Es que Mujica consiguió algo difícil de lograr: provocar problemas graves en momentos de bonanza económica.

Dejó el déficit fiscal más grande que se recuerde.

¿Qué es el déficit?

Para que se entienda en términos no técnicos, viene a ser la diferencia entre lo que le entra al Estado y lo que sale. Es decir gasta más de lo que le ingresa (y eso que recauda mucho).

Cuando empezó su gobierno, en la Ley de Presupuesto, Mujica nos aseguró que para el 2015 el déficit iba a ser de 0,7%.

Fue cinco (5) veces más, arriba del 3,5%.

Prometió un puerto de aguas profundas, una regasificadora, el tren de los pueblos libres y no sé cuántas cosas más que después no cumplió.

Dejó un agujero enorme con la regasificadora, otro más grande en ANCAP y todavía no sabemos bien qué es lo que pasó en ANTEL.

Se insertó él en el mundo, donde hoy viaja dando conferencias, y se olvidó de insertar al país, asumiendo un triste papel de segundón de los Kirchner con Argentina y tratando de subirse al estribo que Brasil le negó una y otra vez.

Se puso la campera de Venezuela, literal y figurativamente, y apostó todo a la relación con dicho país mientras sacaba del MERCOSUR a Paraguay y se alejaba de los otros países de América.

Ni qué hablar del retroceso en que dejó a nuestra Educación. Profundizó el deterioro en que la recibió.

En materia de inseguridad pública legó a su sucesor un nuevo récord de deterioro en la cantidad anual de homicidios y rapiñas.

También nos dejó un país donde hubo un gran avance del narcotráfico. Tanto es esto así que el Ministro del Interior justifica el aumento de los homicidios por ajustes de cuentas o luchas por el territorio entre bandas de narcotraficantes.

Mientras Mujica y su partido provocaban todo esto, desde la oposición le advertíamos de los errores que cometía.

Hasta juntamos firmas, pero no alcanzó.

El entonces Presidente con su estilo, entre campechano y filosófico, se reía de las advertencias o sencillamente les adjudicaba intenciones político-electorales.

Mientras tanto, recorría el mundo. ¡Mire que viajó Mujica y aprovechó ser Presidente para hacerlo!

Desde la oposición no podíamos hacer más, sencillamente porque su Partido, el de Mujica, tenía y tiene mayorías en el Parlamento, lo que les garantiza que no se les pueda responsabilizar ni cambiar.

El tiempo, lamentablemente, nos dio la razón.

El último episodio en el que no se nos escuchó es el de los negocios con Venezuela.

Le avisamos en el Parlamento, estimado lector, al Frente Amplio de lo que iba a pasar.

Pero no escucharon.

Es más, nos mintieron.

Le mintieron al Senado, al Parlamento, lo que significa que le mintieron a usted y a cada uruguayo.

En el Senado estamos los representantes del Pueblo, aquellos que usted y todos los uruguayos votaron para que los representen.

Si nos mienten a nosotros, le están mintiendo a cada uruguayo.

Me dirá que acusar a alguien de mentir es duro.

Tiene razón, pero es la verdad y lo reitero: nos mintieron a nosotros y a usted.

Si no me cree, saque sus propias conclusiones, amigo lector.

Desde el Poder Ejecutivo mandaron una ley para que se cancelara la deuda que ANCAP tenía con la empresa PDVSA de Venezuela por más de 400 millones  de dólares.

Uno de los argumentos, el principal, que se manejó para aprobar la ley, era que ese dinero se iba a destinar a cancelar deudas con exportadores uruguayos y además para asegurar el cobro de futuros negocios.

Esa era la base.

Desde el Ministerio de Economía se informó cómo sería la operación: se haría un fideicomiso en el Banco BANDES en Uruguay, donde se depositaría el dinero, lo que aseguraría el cobro a los productores uruguayos.

Las palabras del Ministerio de Economía fueron contundentes: “Los fondos estarán en el país y los exportadores exportarían contra ese fideicomiso. Por lo tanto, con esta estructura no habría riesgo en cuanto a la cobranza“.

Desde la bancada del Frente Amplio lo ratificaron: “La Corporación Venezolana se ha comprometido a la creación de un fondo de compensación comercial en BANDES Uruguay, con el objetivo de canalizar los pagos de las cuentas a los exportadores intervinieres”, aseguraron.

Quiere decir que el asunto era claro: ANCAP no le pagaba los 400 millones de dólares por petróleo a PDVSA, sino que los depositaba en un fideicomiso en BANDES Uruguay.

¿Qué hizo ANCAP? ¿Depositó en el BANDES los fondos y éstos quedaron en el Uruguay para pagarles a los productores y exportadores uruguayos?

No.

ANCAP mandó el dinero a una cuenta venezolana… ¡en China!

Si, parece broma, pero no lo es.

¡Lo mandó a la China!

Es difícil saber los motivos por los que lo hizo.

Mandó la plata a un banco en la China y ahora tiene que pedirles a los venezolanos que lo manden de vuelta para pagar las exportaciones de leche, queso, etcétera.

Esto hace volar las sospechas.

Hace rato que se habla de las “comisiones” que se pagan para exportar y sobre todo cobrar a Venezuela.

Es más, Mujica defendió que se cobraran comisiones a los productores y exportadores uruguayos. Dijo “es una forma de ganarse la vida”.

Lo que no dijo es que, según se informó en la prensa y nadie desmintió, la empresa que lo hace y que él defiende está integrada por personas vinculadas a su grupo político.

Mientras Mujica defiende el cobro de comisiones a los productores y exportadores, éstos se enteran que su dinero está a la orden de PDVSA en la China.

Ahora hay que reclamar para cobrar lo que se decía estaba seguro y en Uruguay.

¿Habrá que pagar comisiones también?

Los perjudicados son los mismos productores y exportadores que confiaron en las palabras del Poder Ejecutivo y de la bancada del Frente Amplio acerca de que el dinero quedaría en Uruguay.

Tendrían que haber cobrado 50 millones de dólares en diciembre y otros 50 millones el próximo 31 de enero, y todavía no lo hicieron.

En este marco de desesperación Mujica volvió a hablar el jueves.

Dijo que un “pajarito” (¿será el mismo que habla con Maduro?) le contó que pronto iban a cobrar.

Lo que hizo subir la temperatura veraniega, por lo menos la mía.

Él, que aseguró que la plata se quedaba en Uruguay, ahora dice que habló con un pajarito que le dijo que pronto se cobrará.

Es decir aseguró una cosa, no la cumplió, y ahora aparece como el salvador que logrará que se cobre.

Algún día nos preguntaremos cómo hemos llegado a esto.

Cómo fue que caímos tan bajo y nos dejamos mentir y tomar el pelo de esta forma, por quien dice hablar con pajaritos y no cumple con lo que promete.

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