Seguiremos cumpliendo con nuestra tarea

OPINIÓN

Estimado lector:

Cuanto calor hizo esta semana.

Si tuvo la suerte de irse a la playa o estar abajo de algún sauce refrescándose a la orilla de algún arroyo, de repente no lo sintió como lo sentimos los que nos toca no salir de licencia este enero.

También hizo calor en los debates políticos la semana pasada.

Se ve que en el Ministerio del Interior andan sin aire acondicionado, pues se enojaron con la oposición.

¿El motivo de ese enojo?

La propuesta de sentarnos a conversar entre los que no estamos en el Gobierno para ver si nos podemos poner de acuerdo en lo que hay que hacer para enfrentar el problema del narcotráfico.

Desde el Ministerio andan justificando el aumento de la inseguridad y de los homicidios en que son “ajustes de cuentas” entre delincuentes o “luchas por el territorio de venta de drogas”.

No lo decimos nosotros, lo dicen ellos.

Usted se los debe haber escuchado decir.

Lo repiten a cada rato.

¿Qué quiere decir esto de las luchas y los ajustes?

Que en Uruguay hoy andan unos tipos a los balazos corriendo a otros que quieren vender drogas donde ellos la venden.

También que si alguno no paga o se mete en el territorio del otro, lo ajustician; es decir, lo matan.

Esto pasa a 15 o 20 minutos del centro de Montevideo.

Es el Ministro del Interior el que nos cuenta esto. Obviamente, nos preocupa.

Es el mismo problema que tenía el Bronx de Nueva York en los años 70 o Miami en los 80, y el que están teniendo los argentinos en Buenos Aires, Santa Fe y Rosario.

Los corrieron de Nueva York, se fueron a Miami; los corrieron de Miami, se fueron a Colombia; los apretaron en Colombia y saltaron a Venezuela y al Río de la Plata.

Ahora el gobierno de Macri y de María Eugenia Vidal anuncia que los perseguirá duramente del otro lado del río.

Entonces no es difícil imaginar para dónde empezarán a saltar.

Máxime cuando aquí tenemos el dulce de la marihuana legal que es un lindo incentivo. Las fronteras no quedan claras y, “a río revuelto, ganancia de pescadores”.

Por ello, desde la oposición nos pareció que podíamos juntarnos para explorar acuerdos sobre esto y sobre la lucha contra la corrupción.

El Ministerio del Interior se enojó. Se enojó por el simple hecho de que queremos buscar acuerdos entre la oposición para enfrentar el problema.

Parece ser que los culpables somos nosotros y no los que hace 11 años están en el Gobierno con mayoría parlamentaria.

Es raro, difícil de entender.

La culpa es del que no está en el Gobierno y está en minoría en el Parlamento y que no puede hacer nada sin el Gobierno.

Pese a esa concepción, sí hemos hecho y seguiremos haciendo mucho para enfrentar el enorme problema que tenemos.

Es lo que se hizo en estos años pese a ser minoría en el Parlamento.

Hace 5 años, por ejemplo, teníamos un problema muy grave con los menores que delinquían.

Todas las semanas se escapaban unos cuantos del INAU, estaban en los noticieros por rapiñas y hasta sonados homicidios como aquel del trabajador de La Pasiva o el de la maestra de Paysandú.

Las penas eran leves, los tiempos de reclusión breves y las evasiones de los centros, grandes.

Empezamos a hablar del tema, propusimos leyes, y salimos a juntar firmas para tratar de aportar soluciones.

Es lo que tenemos que hacer desde la oposición: proponer leyes, juntar firmas, aportar soluciones.

De entrada desde el Gobierno algunos se rieron de nosotros y hasta decían que no juntaríamos las firmas.

Se juntaron 350.000 y ahí nos empezaron a tomar un poco más en serio.

Desde el Gobierno reaccionaron con aquella campaña “Ser menor no es delito” y muchas críticas en las que nos acusaban de todo un poco.

También, un poco a regañadientes pero sabiendo que algo debía hacerse, tuvieron que aprobar leyes que endurecieron las penas a los menores, sacaron el SIRPA del INAU creándose un Servicio Descentralizado nuevo, como proponíamos, y hasta se esbozó un cambio en el mantenimiento de los antecedentes.

Sólo quedó por el camino la baja de la edad de imputabilidad, pero el resto lo terminaron aceptando. Reitero, a regañadientes, pero lo terminaron haciendo.

Es decir, mejoramos y hoy, pese a que no se aprobó el plebiscito que propusimos, la cosa cambió para bien.

Las 350.000 firmas y el más de un millón de votos de la propuesta plebiscitaria lograron cambios que están a la vista.

Atrás quedaron aquellos discursos de “No me toquen mis gurises”, editoriales en el sitio web del Ministerio del Interior y el “Ser menor no es delito”. El gobierno se vio obligado a enfrentar el problema y entendió que algo había que hacer.

Hoy nos enfrentamos a dos problemas más graves que avanzaron mucho en el Uruguay y en la región en los últimos 10 años: el narcotráfico y la corrupción.

Dos temas que urge enfrentar de una forma activa.

Hemos presentado 20 proyectos de ley sobre inseguridad, tráfico de drogas y corrupción; 20 proyectos, en los últimos 10 meses.

Resulta obvio que el oficialismo, y hasta el resto de la oposición, no deben estar de acuerdo con los 20.

Pero quizás si pueden estarlo con 5 o 7, o 2 o 10.

Con alguno deben estarlo.

El problema es que no los tratan en el Parlamento. Ni siquiera nos dicen “Este no”, o “Este quizás sí”.

No los tratan, no los discuten, no los ponen en el Orden del Día.

La semana pasada el Ministro Interino del Interior dijo que había que rever la libertad anticipada y salidas transitorias de los delincuentes reincidentes.

¡Justo! Ese es uno de los 20 proyectos. Ya tenemos un acuerdo.

Pero no lo aprueban.

Entonces, como no lo tratan, nos pareció interesante ver de buscar acuerdos y coordinaciones con el resto de la oposición.

Pero se enojaron y nos dedicaron un editorial en el sitio web oficial del Ministerio del Interior.

Increíble.

Utilizan el sitio web del Estado para criticar a la oposición.

Parecen de la época de los Luises franceses, que sostenían que ellos eran el Estado.

Bueno, no tan increíble.

Fue ahí mismo donde nos criticaron cuando les avisamos que los aviones de PLUNA no valían 137 millones de dólares, sino 80.

Se ve que el tema de los aviones era un tema de seguridad ciudadana.

Más allá del uso de un sitio web, que es de todos, para la política partidaria, que no es de todos, hay un tema más profundo.

Es el desconocimiento del funcionamiento del sistema democrático y cuál es el rol de la oposición.

Nosotros tenemos que lograr que el Gobierno trabaje bien, exigirle, responsabilizarlo cuando no lo hace.

Es nuestra tarea y la cumpliremos aún en minoría en el Parlamento.

Recuerdo una anécdota de una charla entre Luis Batlle Berres y Luis Alberto de Herrera, que no sé bien si es cierta, pero me la contaron como tal.

Un día Luis Batlle, por entonces Presidente de la República, fue a verlo al caudillo blanco a presentarle un proyecto de ley que estimaba muy importante.

Al terminar su exposición, Herrera le dijo que le parecía bien, que lo presentara y que él se opondría.

Perplejo por la respuesta, Batlle Berres le preguntó los motivos por los que si le parecía bien se opondría.

Herrera le contestó “Así funciona la cosa. Usted lo propone, yo me opongo, lo discutimos y se aprueba“.

Seguiremos proponiendo ahora, como ayer lo hicimos con las normas sobre la minoridad delincuente.

Eso hizo que se creara el nuevo Instituto del Menor, autónomo, que se robustecieran las penas y hasta se modificaran, aunque sea parcialmente, las normas sobre antecedentes.

Ahora propondremos normas contra el narcotráfico y la corrupción.

Esperemos que respondan aceptando cambios que impidan que los narcos sigan a los balazos por territorios y ajusticiando por su propia cuenta.

También con normas que impidan que casos tan terribles de corrupción como los que se están dando en Argentina y Brasil ocurran en nuestro país.

Lograr eso, es nuestra tarea como parlamentarios.

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