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Donald Trump arrasó anoche en numerosos estados claves para ganar la elección presidencial en Estados Unidos y se convirtió así en el mandatario número 45 en ocupar el máximo cargo en la Casa Blanca.
En la carrera a la Presidencia de Estados Unidos contra la demócrata Hillary Clinton, Trump conquistó Florida, Ohio, Iowa y Carolina del Norte, que son fundamentales para ganar cualquier elección y que –quitando el último– habían sido demócratas en las elecciones anteriores, cuando Barack Obama fue reelecto en 2012.
El ganador necesitaba llegar al número mágico de 270 votos electorales, surgidos, en realidad, de 51 mini escrutinios en cada estado y la capital, Washington. Cada estado tiene una determinada cantidad de votos, y Trump logró superar la barrera necesaria, aunque no sin antes pelear minuto a minuto, voto a voto, en una definición milimétrica.
El codiciado estado de Pensilvania –tradicionalmente votante del Partido Demócrata– fue la llave final del éxito del multimillonario, cuando a las 3.45 am de Uruguay se confirmó que sus 20 votos estaban dirigidos al postulante republicano.
«El es tan antiestadounidense, estamos furiosos, conmocionados», comentó Kate Kalmyka, una abogada de 36 años que miraba indignada los resultados en un bar mexicano de Nueva York.
Pero muchos justificaban su voto en favor de Trump y contra el establishment.
«Voté en favor de Trump, y contra el sistema. Trump dice muchas estupideces porque el no es un político, no está adiestrado (…) Pero lo más importante para el país es el comercio, las relaciones internaciones y la economía. Y la gente está quebrada y necesita un cambio», explicó Abteen Daziri, de 38 años y de origen iraní.
El Partido Republicano mantuvo su mayoría en la Cámara de Representantes (diputados) en el Congreso estadounidense en las elecciones de ayer, de acuerdo con las proyecciones de canales de TV.
Según The Washington Post, los republicanos lograron al menos 231 de las 435 en la cámara baja del Congreso, garantizando la mayoría que ya poseían.
Los republicanos controlaban también el Senado, y si bien la pelea esta madrugada era muy pareja, las proyecciones señalaban que mantendría la mayoría.
Ayer se renovaban 34 bancas del Senado (un tercio) y la totalidad de la Cámara de Representantes.
Después de 693 días de drama, insultos y escándalos, la campaña terminó con Trump ganador, aunque con un 82% de los estadounidenses hartos de la política, según un sondeo reciente.
