La diputada Reisch exhortó a controlar los ruidos y la contaminación acústica

La diputada Nibia Reisch (VAMOS URUGUAY – Partido Colorado) exhortó a los organismos competentes a controlar los ruidos y la contaminación acústica, actualmente uno de los reclamos que ha cobrado mayor ímpetu en la población del departamento de Colonia, en particular en lo que refiere a la vía pública.

En efecto, la contaminación acústica ambiental se está convirtiendo en un importante problema de salud en las zonas urbanas, para las personas y también para el medioambiente.

Las principales fuentes de contaminación acústica son la construcción, los equipos industriales, el ruido generado por la actividad humana, los eventos al aire libre como conciertos o festivales, la música estridente de boliches bailables y, en los últimos tiempos, las relacionadas con el transporte (como escapes libres de motos y automotores, que son actualmente las causas más importante de ruido en las zonas urbanas).

Reisch, haciendo uso de la palabra en la Cámara Baja, señaló al respecto que se trata de un tema que “debe preocupar a los habitantes de todos los Departamentos y, respecto a él, deberían ocuparse las autoridades competentes en aplicar y hacer cumplir las leyes”.

“Desde el Parlamento poco podemos hacer al respecto, salvo legislar y controlar. Pues legislar, hemos legislado, señor Presidente, pero la ley sola no hace milagros si no hacemos que se cumplan sus disposiciones. Una ley que no se cumple termina siendo letra muerta y nos deja la triste sensación de no estar realizando nuestra tarea de la forma debida y -lo que es peor- nos hace pensar que, quienes tienen la responsabilidad de aplicarla y de hacerla cumplir poco hacen al respecto, ya que año tras año mantienen la misma conducta omisa”, sostuvo.

“Me refiero, señor Presidente, a la prevención, contralor y represión de la contaminación acústica.Normas tal vez sobran. Existen diversas reglas de carácter internacional que nos obligan al cuidado del medio ambiente, pero también existen normas de derecho interno al respecto”, sostuvo.

“Es respecto de la Ley 17.852, de prevención, vigilancia y corrección de las situaciones de contaminación acústica, que debemos reconocer que las autoridades han adoptado escasas medidas de prevención, han ejercido una ineficiente vigilancia y han tenido una nula eficacia en lo que refiere a la adopción de medidas correctivas con el fin de asegurar la debida protección a la población, otros seres vivos y el ambiente contra la exposición al ruido, tal como mandata el Artículo 1 de la norma”, expresó.

“En el Departamento de Colonia, año tras año los vecinos de quejan y reclaman por haber perdido el derecho al descanso, por la pérdida del valor de sus viviendas en las cercanías a locales bailables, por los problemas de salud que el ruido les genera, por los disturbios en sus barrios a altas horas de la madrugada, por los vehículos con escapes libres y las “picadas” que impiden el buen descanso. Año tras año hacemos planteos a las autoridades municipales, y año tras año estamos en igual (o
peor) situación”, expresó.

“Se acerca el verano, la época de incremento turístico y de vacaciones, donde cientos o miles de jóvenes llenan los boliches y locales bailables.

Uno de los mayores placeres para los sentidos, la música, se transforma entonces en un problema de contaminación acústica por alcanzar niveles de emisión superior a lo que resulta de tolerancia normal para el oído humano. La música deja de ser tal para transformarse en ruido. Cuanto mayor es su intensidad o nivel de emisión y más alto el componente de sus frecuencias, la música deja de ser tal para afectar el oído humano y también la calidad de vida de las personas”, indicó.

Los peligros que entrañan los ruidos

La Organización Mundial de la Salud ha expresado que el ruido «actúa a través del órgano del oído sobre los sistemas nerviosos central y autónomo y cuando sobrepasa determinados límites, se produce sordera y efectos patológicos en ambos sistemas, tanto instantáneos como diferidos”.

Sonidos cuya intensidad superan los 60 decibeles provocan alteraciones en el ciclo normal de la actividad onírica, desequilibrando aquellas funciones biológicas vinculadas a los ritmos circadianos y sabemos que la modificación de los períodos de sueño-vigilia acarrea desórdenes en el organismo humano.Hay también mayor probabilidad de perder, de forma temprana, la capacidad auditiva (presbiacucia precoz). Y si bien existe una diferencia notoria entre el sonido producido por música a alto volumen y el ruido ocasionado por industrias, motores y máquinas, el impacto físico sobre los órganos de la audición es similar.

Buena normativa, pero sin fiscalización

“En Colonia, la normativa a nivel departamental es del año 1994 y podemos decir que de avanzada, ya que la norma a nivel nacional fue dictada 10 años después. Lamentablemente, ni una ni otra se cumplen, con las graves consecuencias que ello implica para la salud de la población”, manifestó Reisch.

En consecuencia, la legisladora colorada exhortó “a los organismos encargados de hacer cumplir las normas a que no se mantengan omisos.

Corresponde al Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, a través de la Comisión Técnica Asesora de la Protección del Medio Ambiente, la coordinación de las acciones del Estado y de las entidades públicas en general vinculadas al tema. En especial le corresponde la reglamentación de la Ley 17.852, que lleva 12 años de promulgada y aún espera que el Poder Ejecutivo dicte el Decreto Reglamentario que facilite su aplicación. Otros Ministerios deberían acompañar las medidas a adoptar en tanto hay un problema de salud pública y de orden interno en las actividades de estos locales.

Tampoco los Gobiernos Departamentales deberían mantenerse omisos en la prevención, el contralor y exigencia del cumplimiento de la normativa departamental, que como en el caso de Colonia es de larga data y amplio detalle”.

“Legislar por legislar no resulta un buen ejemplo, señor Presidente, y mucho menos da solución a los problemas de las personas”, finalizó Reisch, quien solicitó que sus palabras fueran cursadas al Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente; al Ministerio de Salud Pública; al Ministerio del Interior; al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social; y a la Intendencia, a la Junta Departamental y a los Municipios del Departamento de Colonia.

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