Para diputada Reisch el gobierno es responsable en gran parte por cierre de FANAPEL

Diputada Reisch: «gran parte de la responsabilidad por el cese de la producción de FANAPEL es del Gobierno Nacional» – Para la diputada Nibia Reisch gran parte de la responsabilidad por la difícil situación que atravesó FANAPEL en los últimos años y que determinó que la empresa anunciara la detención de su producción el lunes 27 de febrero, es del Gobierno Nacional que, por un lado, no ha implementado reformas estructurales para defender la competitividad de las empresas uruguayas y, por otro, no ha sido capaz de revertir el mal manejo económico-financiero de las empresas públicas, lo que redunda en un permanente incremento de las tarifas con el consiguiente traslado al costo del producto final.

“De ninguna manera puede afirmarse que el gobierno hizo todo lo posible para resolver la situación de FANAPEL, y que si la solución no llegó es por falta de voluntad de la empresa, porque eso sería un ejemplo de facilismo”, sostuvo.

“El Gobierno de la última década es, precisamente, el artífice de las modificaciones a un sistema tributario que se ha vuelto perverso y opresivo, que castiga al que trabaja y beneficia al que no lo hace, que tiene una voracidad fiscal que procura ingresos a costa del bolsillo de la clase media, de la industria, de los productores y de los comerciantes”, afirmó la legisladora del Partido Colorado.

“Y hay una realidad; el pueblo no tiene más capacidad de pagar aumentos o nuevos impuestos. Basta, señores gobernantes, administren mejor la plata de Juan Pueblo”, señaló.

“El Gobierno pretende por cualquier medio tapar millonarios déficits, entre ellos los de PLUNA, ANCAP, ALUR, la cementera, el FONASA y muchos otros. Esa es la razón por la cual el Gobierno incrementa las tarifas públicas por encima de lo que debiera, como admitió la propia ministra de Industria y Energía, Carolina Cosse, perjudicando al bolsillo de los contribuyentes, entre ellos las empresas y los trabajadores”, explicó.

“El costo del Estado se traslada sobre el precio final de los productos que se fabrican en nuestro país, haciéndolos menos competitivos. Por ejemplo el gasoil, medido en dólares por litro, cuesta en Uruguay 1,45; en Argentina 1,10; en Brasil 0,97 y en Chile 0,74. En cuanto a la electricidad, la tarifa industrial medida en dólares por kilowatt cuesta en Uruguay 124, en Brasil 121, en Chile 115 y en Argentina 71. Sin lugar a dudas, en Uruguay son más caras las tarifas porque tienen que facturar para Rentas Generales y tapar los agujeros de las malas administraciones de los gobernantes del FA, y eso atenta contra la industria nacional”, sostuvo.

Desaprovechó crecimientos únicos de casi todo

“En su momento advertimos que desde el año 2012 la economía marcaba un desaceleramiento pronunciado, consecuencia, entre otras razones, de la ausencia de reformas estructurales que defiendan la competitividad, reformas que deben ser implementadas desde el Gobierno. No es de ahora.

Hace varios años que el Partido Colorado viene planteando este tema”, recordó Reisch.

“Pero la postura del Gobierno es gastar cada vez más, al punto tal que el déficit del año 2016 fue el 4% del Producto Interno Bruto (PIB), el déficit más grande de los últimos 27 años, equivalente a 2.042,6 millones de dólares, según cifras oficiales del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). Y eso a pesar de que a partir de fines de 2003 Uruguay se benefició de una década con extraordinarios precios de los commodities y las exportaciones pasaron de 3.150:000.000 en 2004 a 10.000:000.000 de dólares en 2013.

“No vemos que el Gobierno recorte los gastos. Muy por el contrario, en un momento tan delicado como el que estamos viviendo, donde cada día cierran industrias y comercios, el presidente Vázquez se muestra encaprichado con comprarse un avión, como lo hizo Raúl Sendic siendo presidente de ANCAP. Parecería que lo oportuno sería comenzar a recortar esos lujos, los gastos indebidos en auspicios y promociones, los viajes con delegaciones numerosas y los múltiples gastos superfluos que hoy hay en gran parte de las oficinas del Gobierno”, manifestó Reisch.

El FA no defiende la competitividad

“Como decíamos, las reformas estructurales para defender la competitividad brillaron por su ausencia. Una inflación persistentemente situada fuera del rango meta fue el resultado de una política fiscal, monetaria y de ingresos inconsistente. La mala gestión de algunas empresas públicas comprometió también nuestra capacidad de competencia, y a ese efecto, sigue vigente el ejemplo de ANCAP, que se aleja cada vez más de las referencias internacionales de precios para intentar recuperar años de despilfarro, a costa de un mayor deterioro de productores rurales, consumidores, comercios, empresas e industrias, entre ellas FANAPEL”, afirmó Reisch.

“Se tienen que modificar urgente los factores que inciden en nuestra competitividad, para no seguir perdiendo fuentes laborales. En el departamento de Colonia tenemos varios ejemplos: Ecolat, Pressur, Dagelir, Líneas Platenses, Agolan y ahora FANAPEL, a las que se suman empresas e industrias en el resto del país, entre ellas Schreiber Foods en el departamento de San José, en la que también trabajaban varios colonienses. Y recordemos además a Chery, Molino Dolores, Fripur, Paylana y tantos otros”, señaló.

“Hay una clara muestra de incompetencia del Gobierno en todo lo que tiene que ver con la administración y el manejo de los recursos. El encarecimiento de la energía, del combustible, del transporte, el incremento inoportuno de impuestos, todo recae en el precio final del producto. De esta situación no se sale sólo con buena voluntad; hay que poner dedicación, trabajo y seriedad, y hay que recortar gastos superfluos”, indicó la diputada colorada.

“El Gobierno debería admitir su responsabilidad en la situación de fondo de FANAPEL. Haber procurado un abatimiento de costos, por ejemplo, a través de la devolución de impuestos, hubiera contribuido junto a otras medidas a salvaguardar esa histórica fuente de trabajo que durante casi 120 años generó mano de obra y divisas para el país, y hubiera permitido mantener los puestos laborales, que eran lo primordial, en lugar de llevar hoy angustia a las familias”, afirmó.

“Por otro lado, todos los sectores políticos nos tendríamos que juntar para elaborar estrategias dirigidas a que se radiquen nuevas empresas en nuestro departamento, porque es claro que la situación ha desbordado claramente la capacidad de gestión del FA en el Gobierno y cada día conocemos el cierre de industrias, y más compatriotas quedan sin trabajo. Esto tiene que detenerse”, indicó Reisch.

“De hecho, en estos días me comuniqué con el intendente Moreira para manifestarle mi preocupación sobre la pérdida de puestos laborales en nuestro departamento y la necesidad que las autoridades locales, departamentales y nacionales, nos juntemos y empecemos a desarrollar acciones en defensa del trabajo de los habitantes del departamento”, finalizó Reisch

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