A 67 años: Nos ponemos de pie, señores del fútbol!!!

Todo parecía programado para que Brasil pudiera ganar el Campeonato Mundial de Futbol en 1950, un equipo brillante ganador de la Copa América de 1949 invicto.

Brasil obtuvo la sede y la organización de la competencia, en el Congreso de la FIFA del 1º de julio de 1946, en Luxemburgo. Allí se acordó la reanudación de los torneos mundiales, a partir de 1950.

«La octava maravilla del mundo» o «el altar del triunfo de los dioses del fútbol», como exageradamente lo bautizaron periodistas de Río, quedó listo un mes antes del Mundial, tras 22 meses de ardua labor, en la que participaron 2.000 obreros que trabajaron día y noche.

Mientras Alemania fue desafiliada por razones ajenas al deporte, otros como Argentina, Perú, Ecuador, Bélgica, Bulgaria, Filipinas, Escocia, Francia, Portugal, Turquía, Birmania e India dijeron finalmente no por distintos motivos.

A la sede del Mundial brasileño solo llegaron 13 seleccionados, divididos de manera irregular: dos sectores de cuatro equipos, uno de tres y otro de solo dos. No habría cuartos de final ni semifinales, pero sí una fase o cuadrangular final, que sería exclusiva únicamente para los líderes de cada bloque.

Se presentó otra novedad en la Copa. Contrario a lo que hubo en 1930, 1934 y 1938, Brasil 1950 incorporó por primera vez el estreno de las camisetas numeradas en todas los 13 equipos participantes.

El grupo D comenzó a obrar a favor de Uruguay, al facilitarle el camino de la primera ronda y cruzarle con la débil Bolivia, su único obstáculo. El solitario enfrentamiento arrojó el resultado más escandaloso del torneo: 8-0.

MARACANAZO

Doscientas mil almas reunidas y apenas si se sentía el silbido del viento. Eran 200.000 almas brasileñas. Almas tan sensibles, que con cualquier excusa arman un carnaval”.

Los protagonistas eran Brasil y Uruguay, y la sede el majestuoso estadio Maracaná, en Río de Janeiro, Brasil, el 16 de julio de 1950.Todo estaba a favor de Brasil en aquel último partido del Mundial – no era una final – donde el empate servía los maravillosos brasileños. Nadie dudaba de quién sería el título. Nadie, salvo 11 valientes uruguayos, que se habían juramentado: «Cumplidos, solo si ganamos…». El atacante Albino Cardoso, Friaça, puso a Brasil en ventaja los 47 minutos. Delirio en todo el país. Grito ensordecedor en las tribunas. Todo el mundo esperaba que trituraran a los celestes…

“Cuando comenzó el partido, ellos (los brasileños) comenzaron a jugar muy fuerte, aunque se equivocaron. Buscaron las piernas a Ghiggia y a Julio Pérez. Dos jugadores fríos, imperturbables, que ni mosquearon por la rudeza de los brasileños. Cobraban y seguían corriendo. Ni un gesto, ahí creo que comenzaron a perder. Ellos se pusieron 1-0 y el marco fue infernal. Desde atrás del arco escuchaba todo, pero estaba muy tranquilo”, detalló Máspoli.

Pero en una ráfaga del «Ñato» por derecha y ante una defensa local titubeante, Juan Alberto Schiaffino empalma un remate de volea, ante centro-retrasado de Ghiggia, e iguala para Uruguay a los 66′, cuando quedaban 23 minutos por jugarse.

“Vi que Ghiggia había recibido de Obdulio Varela en su sector y enfilé para el borde del área grande. Me fui cerrando. Cortando campo en diagonal, aparecí cerca de la línea del área chica en posición de interior derecho. Ghiggia me hizo el pase justo y como venía, de perfil al arco, la empalmé de lleno con el empeine derecho. Cuando Barbosa se tiró la pelota ya había entrado cerca del primer palo y vi que la red se inflaba allá arriba”, recordó Schiaffino en la revista especial Los Maravillosos Mundial de Futbol, producida por El Gráfico, de Argentina, en abril de 1986.

El 1-1 se hacía grande en la pizarra. Se acercaba el final. Con el empate, Brasil igual se clasificaba monarca, aunque la gente súbitamente perdía alegría, como si presintiera lo que iba a ocurrir. El entreala uruguayo, Julio Pérez, tomó la pelota a la altura de la línea media de Brasil y, en jugada de pared, se la entregó corta a Alcides Ghiggia. El puntero entró en diagonal… “Yo veía que me acercaba a los palos blancos y corría, corría… derecho al arco, pero con poco ángulo”, contó el autor años después.

Schiaffino entraba por el medio, como en el gol del empate, pero esta vez Ghiggia prefiere cambiar: un amague, el arquero local Barbosa se abre para tapar el centro y deja justo un hueco, entre su cuerpo y el poste izquierdo…

“Tiré con efecto. Barbosa la alcanzó a arañar. Pero no la contuvo. Me di vuelta gritando el gol y los muchachos casi me matan con los abrazos… Era una cosa extraña: solo el grito de nosotros se escuchaba, once celestes festejando ante 200.000 brasileños que no lo podían creer. ¡Eramos los campeones…!”, describió Ghiggia. Pasaron 67 años . Nos ponemos de pie y les veneramos ilustres campeones. Hoy un país los saluda. Hace 67 años alguien en un vestuario dijo :» Cumplimos , si ganamos «. CUMPLIERON. VAYA SI CUMPLIERON!!!… A SU MEMORIA , SALUD !!!

URUGUAY 2 – BRASIL 1 Goles: Friaça, a los 47’ (Brasil). Juan Schiaffino, a los 66’; y Alcides Ghiggia, a los 79’ (Uruguay).

Asistencia: 199.854 espectadores.

Alineaciones:

Brasil: Moacir Barbosa; Augusto Da Costa (capitán) y Amanso Juvenal; José Carlos Bauer, Danilo Alvim y Joao Ferreira Bigode; Albino Cardoso Friaça, Tomas Soares Da Silva Zizinho, Ademir Marques de Menezes, Jair Rosa Pinto y Francisco Aramburu Chico. Director técnico: Flavio Costa.

Uruguay: Roque Gastón Máspoli; Matías González y Eusebio Tejera; Schubert Gambetta, Obdulio Jacinto Varela (capitán) y Víctor Rodríguez Andrade; Alcides Edgardo Ghiggia, Julio Pérez, Omar Óscar Míguez, Juan Alberto Schiaffino y Rubén Morán. Director técnico: Juan López.

Detalle: No hubo una final. El campeón fue definido en una ronda decisiva, con los cuatro ganadores de los grupos de la primera fase. El último duelo tuvo, a pesar de todo, el carácter de una final.

Campeón mundial: Uruguay.NÓMINA DEL CAMPEÓN: URUGUAYPorteros: Roque Gastón Máspoli (Peñarol) y Aníbal Paz (Nacional).

Defensas: Matías González (Cerro), William Martínez (Rampla Júnior), Eusebio Tejera (Nacional), Obdulio Jacinto Varela (Peñarol) y Héctor Vilches (Cerro).

Volantes: Víctor Rodríguez Andrade (Central Español), Schubert Gambetta (Nacional), Juan Carlos González (Peñarol), Washington Ortuño (Peñarol) y Rodolfo Pirri (Nacional).

Delanteros: Julio César Britos (Peñarol), Juan Burgueño (Danubio), Alcides Edgardo Ghiggia (Peñarol), Omar Óscar Míguez (Peñarol), Rubén Morán (Cerro), Julio Pérez (Nacional), Luis Alberto Rijo (Central Español), Carlos Romero (Danubio), Juan Alberto Schiaffino (Peñarol) y Ernesto José Vidal (Peñarol).

RECOPILACIÓN: «El Maracanazo»

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