La m煤sica par贸 para escuchar el resultado y bast贸 que sonara el nombre del presidente encargado de Venezuela, Nicol谩s Maduro, para que estallara la alegr铆a en los alrededores del Palacio de Miraflores.
El repentino ruido fue tal, que result贸 imposible saber cu谩l era el resultado. El alcohol, que llevaba rato de vaso en vaso, salt贸 por los aires. Las motocicletas rug铆an y no hab铆a manera de saber el resultado.
Pero Tibisay Lucena, la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), les ten铆a una sorpresa a los alegres chavistas: la diferencia con el candidato oficialista Henrique Capriles en las elecciones presidenciales del domingo fue de 1,59%, o lo que es lo mismo: 235.000 votos, 7,5 millones a 7,2 millones.
Y Capriles les ten铆a otra, que no fue tan sorpresa por el tono de sus intervenciones en las redes sociales durante la tarde: no piensa reconocer el resultado hasta que se revise cada voto.
As铆, la polarizaci贸n de Venezuela, hasta ahora contenida por el enorme carisma y tir贸n electoral de Hugo Ch谩vez parece haber pasado a una nueva era. Se acab贸 la del 芦superpresidente禄 que todo lo puede.
Ahora Venezuela aparece dividida casi en dos mitades que, en casos extremos, no reconocen ni siquiera la legitimidad de la existencia de la otra.